miércoles, 18 de abril de 2012

Michel Gondry

Un poco de cultura publicitaria, cuando no sepas qué decir di: "podemos hacer algo estilo Gondry". Siempre queda bien.






En próximos capítulos Spike Jonze y David Fincher.



BBH (Bartle Bogle Hegarty)

Una de las campañas que más ha dado que hablar en los últimos tiempos está firmada por esta agencia que decide ir a la contra. O, como ellos dicen, cuando el mundo hace zig, ellos hacen zag.



Si no te suena, al menos puedes decir que eres (muy) joven.









jueves, 12 de abril de 2012

Hagamos un remake!

Mientras leía en qué consistía este spot en el Libro rojo de la publicidad, me lo imaginaba mucho más molón. Lego es una de esas marcas que todavía hoy protagoniza muchos briefs de escuelas de publicidad y no me extraña porque con cosas como estas se lo ha ganado a pulso. Difícil de superar.



Ficha del spot:
Nombre: kipper
Agencia: TBWA London
Año: 1980
Copy: Mike Cozens
AD: Graham Watson
Realizador: Ken Turner
Productora: Clearwater Films

Schweppes advertising is everywhere

Un anuncio nunca puede ser bueno si no recordamos la marca. Es imposible hablar de este anuncio sin mencionar Schweppes.



Visto en el Libro Rojo de la Publicidad escrito por Bassat hace la porrada de años.

Ficha del spot:
año: 1990
país: UK

jueves, 19 de mayo de 2011

Goodby Silverstein & Partners

Nacionalidad: USA (San Francisco)

Clientes míticos: Cheetos, Doritos, Budweiser, Häagen-dazs

Hitos:
-Got milk?



Web: http://www.goodbysilverstein.com/

Puntos fuertes de la web:
-Case studies detallados, también en su versión .pdf. Buena referencia para contar los casos.

-Agency Tour. Un vistazo rápido a la web y a sus trabajos.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Indignatas

Seré claro (o puede que no).

La situación actual para becarios, trainees, juniors y demases entes inferiores en la jerarquía de la agencia es precaria, injusta, triste y lamentable. Por poner algunos adjetivos, aunque todos sabemos que podría seguir. Pero creo que los propios indignatas apoyamos las condiciones que tenemos. Sí, eso es lo que pienso. Pagamos másters en creatividad que después nos hacen convenios indefinidos con las agencias. Convenios que recogen el derecho del becario a trabajar y el deber de la agencia de dejarlo estar allí cada día de la semana, findes inclusive si el motivado se lo propone. No tienen ni por qué darle curro, ni atenderle, ni resolver sus dudas. Puede ser como una pelusa en una esquina que va rodando cual planta del desierto sin que nadie repare especialmente en ella.Y esto lo pagamos, repito, nosotros (y con pagar me refiero a poner pasta).

Por otro lado, el CdeC parece estar en el mismo bando. Ellos también apoyan la precariedad que sufrimos. Haciéndonos, una vez más, convenios con agencias que no están dispuestas a pagarnos un duro. Pensaba que esta institución velaba por dignificar nuestra profesión, no sólo la de los directores creativos concediéndoles bonitos premios y anuarios con sus nombres. También es la profesión de los becarios y estudiantes, y podemos ser socios. Gracias CdeC por dejarme ser tu socio! Pero, ¿qué me das a cambio? ¿Conferencias a las que nunca puedo ir porque son a las 7 de la tarde o tienen precios desorbitados?

Vale, ahora parece que nos hemos decidido a hacer algo. Que traducido y en pocas palabras es "vamos a protestar, sin movernos de donde estamos, a ver si nos hacen un contrato en condiciones". ¡Claro! ¿Quién no quiere empezar a ganar pasta? (Hasta ahora, todo han sido pérdidas. Los que cobramos algo, entre el piso, las factuas y la compra, a final de mes quedamos a deber a nuestros santos padres). Pero, amigos, esto no funciona así. El que no arriesga, no gana. Tenemos miedo a perder nuestro ansiado puesto de trainee con remuneración 0 y posibilidades de contrato -1 y restando. No es así, la solución está en cada uno. En hacerse valer y no permitir que lo traten en condiciones inferiores a lo que se merece. En saber decir que no, por ahí no paso. Porque si nadie acepta, las tornas cambiarían. No podemos pensar, si no lo cojo yo, ya lo cogerá otro. Pero es que yo no soy como otro. ¿Crees que aportas lo mismo que los demás? Entonces búscate otra cosa. Y no me refiero a que tengamos que ser unos prepotentes, sino a que valoremos nuestro curro y aportemos un valor diferencial.

Empezar como "indignatas" no me parece el mejor camino. Claro que estamos enfadados, pero en estos casos hay que tener sangre fría y no una pataleta. El cambio empieza por uno mismo.

martes, 20 de abril de 2010

So lovely

Dedicarse a la publicidad resulta atractivo, o eso creo. Para mí, al menos, lo es. Por aportar un dato objetivo, la carrera de publicidad es una de las de mayor nota de corte (igual a demanda) y, sin embargo, carece de prestigio, salidas o finalidad alguna reconocida. Así que, supongo, esto se debe a que nos resulta atractiva (o igual es porque tiene fama de ser fácil, o por cualquier otra razón que no demuestra mi hipótesis inicial así que rechazaré sin tregua).

A pesar de que la publicidad está mal vista, la profesión publicitaria es molona. Cuando Jesús Vázquez dice “nos vamos a publicidad” inmediatamente nos aferramos al mando a distancia y lo apretujamos como si no hubiese mañana. Tan pronto como nos salta un pop-up mientras navegamos por Internet emprendemos una carrera contra-reloj hasta encontrar la pequeña cruz que cierra la ventana. Estamos cansados de publicidad, la evitamos, queremos tomar nuestras propias decisiones, etc.

Sin embargo, la profesión es guay, al menos por fuera. Dices, soy creativo publicitario, y tus amigos fardan de ti. Las agencias se presentan con textos ingeniosos hablando de sus ideales, de su visión no solo de la comunicación sino también del mundo. Todas quieren romper reglas, resolver problemas, hacer que las marcas resulten atractivas, cambiar el mundo. Y supongo que por eso la profesión publicitaria resulta atractiva conceptualmente. Y nada más lejos de la realidad. Los citados ideales de la agencia se rompen en cuanto un cliente dice “lo quiero así”. Los ideales son “lo que diga el cliente aunque vaya acompañado de yo de esto no entiendo”, los ideales son “la opinión de la hija de 5 años del director de marketing de marras va a misa”, los ideales son “puedes tener un montón de argumentos para apoyar tu trabajo, años de experiencia, te puede hasta gustar, estar ilusionado, que en cuanto se va todo a la mierda se abandona y a hacer lo de siempre que no vale para nada pero da pasta que al final es lo que importa”. En cuanto nos lo proponen ponemos el culo sin rechistar y hasta nos autoconvencemos de que nos gusta o que es lo correcto y olvidamos que lo ansiado era hacer el amor a todas horas y de formas muy distintas y variadas pero usando los orificios, llamémosle convencionales.

Así es como me he dado cuenta que hemos hecho de la profesión publicitaria, y seguimos haciéndolo cada día, una lovely brand.

Si esto fuese una actualización del twitter sería: denostamos la publicidad pero amamos ser publicistas.

Anónimo3